Cierta historia profetica

Si el pequeño cuerno hubierase portado diferente, hoy serias padre de tres hijas, la mayor y las gemelas.
El pequeño cuerno esperariate todos los días con la comida calentita, levantaríase muy temprano para hacer las papas de la nenas y tu desayuno; esperariate leyendo algo para acicalarte nada mas cruzaras la puerta.
Ella hariate feliz, ella cuidariate hasta que la muerte les separese.
Claro, esto no significa que hubieras sido feliz.
Quizá por eso no funciono.
Y por eso yo y mi  profecía nos fuimos al garete.

Paráfrasis

Una vez mas mis amigos y yo apretados en el Metro.
De pronto tomo conciencia de que puedo sentir todos los sentidos de todos,  me duelen las plantas de los pies pues brotan minúsculas lineas que se  conectan con todos los que están en el carro, me voy nutriendo al igual que las raíces de un árbol.
Voy leyéndolos lentamente, penetro sus carnes hasta llegar al tuétano, simulo que escucho música para no ponerles nerviosos.
Siento que un poder sale de mi.
- ¿Quién me ha tocado?- digo.
Y me responde Pedro y los otros - Ves que la gente te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?-.
Yo no se con que cara le miro pero el sabe que la ha cagado y se aparta, una mujer me toma la mano.
- Hija, tu fe te ha sanado - le digo mientras ella comienza llorar.

Glitch

La idea había sido mía.
Era la hora peak y la muchedumbre abarrotada se preparaba para abordar el carro.
Sincronizados a la señal convenida del megáfono omnipresente, ese que dice:

"ATENCIÓN, SE INICIA EL HORARIO PUNTA"

Comenzamos a correr y a empujar a la gente a la linea.
El score fue de 60 a 53, a mi favor.
Después con la seguridad extra y la autorización de que podían dispararnos, nunca mas superamos ese récord.
Se puso mas difícil.
De vez en cuando y solo cuando "H" estaba en la ciudad, nos dejábamos seducir por el juego.